A veces la oferta suena irresistible: “5 000 seguidores por 100 €”, pero en realidad estamos comprando un problema disfrazado de solución. Te explicamos por qué:
1. Engagement bajo y falsas métricas
Los seguidores comprados suelen ser bots o cuentas inactivas, que no interactúan. Eso provoca que nuestro engagement (likes, comentarios) baje, y el algoritmo deje de mostrarnos, haciendo que nuestros posts lleguen a menos personas de manera orgánica.
2. Credibilidad y reputación en juego
Podemos inflar los números, pero si luego vemos pocos “me gusta” o comentarios, se nota y genera desconfianza entre seguidores, marcas o clientes.
3. Penalizaciones y “shadowban”
Instagram prohíbe esta práctica. Nos arriesgamos a sanciones como shadowban, reducción de visibilidad, o incluso bloqueo permanente de la cuenta.
4. Datos distorsionados que impiden mejora
Si los bots distorsionan nuestras métricas, no podremos saber qué realmente funciona y cómo mejorar nuestra estrategia, y perderemos oportunidades reales.
5. Riesgo legal (sí, también existe)
En EE.UU. la FTC multará a marcas o influencers que compren seguidores o likes falsos, incluso sin publicidad pagada detrás.
Estrategias auténticas que SÍ funcionan
El objetivo en redes debe ser claro. Ganar visibilidad, reputación, credibilidad, dar a conocer proyectos, hitos y objetivos, e interactuar con nuestra audiencia, sea de 10 o de 10.000 personas.
No buscamos crearnos una “segunda vida” en redes. Si somos una empresa, mostramos nuestra identidad: con más o menos maquillaje, pero siendo nosotros.
Y en cuanto a los resultados: medimos con realismo y sin trampas. Hacemos pruebas A/B, analizamos, probamos, rediseñamos, cambiamos la táctica… siempre aprendiendo y mejorando desde datos auténticos.